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Suzette, crepés Preparación clásica francesa, es la crepa más conocida. (Ver. Crepa en este glosario). Consiste en una crepa cuya masa se elabora con jugo de cÃtrico y licor, acompañada de una salsa hecha con mantequilla, azúcar y la cáscara del cÃtrico, se presentan dobladas en cuatro las crepas, decoradas con las supremas del cÃtrico y flameadas también con el licor. Actualmente el cÃtrico que se emplea en su elaboración es la naranja, empleándose licor contreau, aunque es común ver que se elaboran con mandarinas empleando entonces licor de mandarinas. La historia más acertada de la crépe suzette, nos ubica su creación en el sur de Francia, en la Costa Azul, lugar de esparcimiento muy de moda en la época del rey británico Eduardo VII (1841-1910). Cuando el rey aún era prÃncipe de Gales, pasando el invierno en el mencionado lugar, fue a comer a un restaurante en compañÃa de unos amigos, en aquella ocasión el prÃncipe pidió para el postre unas crepas, al maître que se las preparaba, por accidente se le vertió sobre las crepas licor de naranjas y se le incendió, como escapatoria se las sirvió dobladas al prÃncipe como una nueva creación en su honor, el noble a quién le agradó el platillo, las bautizó crépe Suzette, dándoles el nombre de la hija de uno de sus acompañantes. El célebre chef del magnate Roquefeller, Henri Chapentier, quién introdujo este platillo en los Estados Unidos, se adjudica la creación de estas crepas, aludiendo que él era la persona que se las estaba preparando al prÃncipe de Gales, pero esta adjudicación ha sido muy discutida y dudada. La primera receta de la crépe Suzette la publicó el insigne chef August Escoffier quién empleaba para su confección jugo de mandarina, licor Curasao en la masa, mantequilla y azúcar con corteza de mandarina para el aparejo. Este es un platillo que es muy preparado en el servicio a la francesa con carro auxiliar, que se hace delante del cliente en restaurantes de primera lÃnea, aunque las normas de seguridad en muchos paÃses prohÃbe el flameado frente al cliente. Como dato curioso señaló que éste era el postre preferido del escritor norteamericano Ernest Hemingway (1899-1961), Premio Nobel de literatura.