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Infusión (Fr. infuser) Es la acción de extraer las sustancias sápidas y aromáticas de un producto a través del agua hirviendo. Las infusiones se obtienen a partir de plantas aromáticas, de las que se pueden emplear las semillas, las raíces, el tallo, las hojas, las flores, los frutos, de estos la cáscara o los pistilos de la flor; pueden emplearse tanto secos como de forma natural. Las infusiones pueden consumirse como bebidas pero también con fines culinarios en la elaboración de algunos platillos para aromatizarlos. Cuando se emplea como bebida puede ser tanto frías como calientes y pueden ser mezcladas con otros productos. Muchas infusiones son empleadas con fines terapéuticos puesto que está demostrada la capacidad curativa de muchas plantas. Estas preparaciones también tienen un fin social en muchas culturas, como la China, la japonesa, la inglesa, la francesa, en América Latina y otras latitudes. Por ejemplo el empleo del café y el té, está muy difundido por el mundo y es empleado para socializar. Existen dos formas básicas de elaborar las infusiones, la primera se elabora vertiendo el producto en agua hirviente, retirándola del fuego y tapándola durante un tiempo para así evitar que se escapen las sustancias volátiles y se impregne mejor en el líquido el olor y el sabor del mismo. En este proceso son utilizadas plantas que hayan sufrido un proceso de desecación y pulverización. Como están en polvo hay mucha superficie de contacto y la cocción apenas es muy leve, darle más tiempo de cocción haría que amargara el producto. La segunda manera de elaborar las infusiones consiste en adicionar el producto en agua a punto de ebullición dejándose hervir unos minutos. Este proceso se le realiza a plantas naturales extraídas de su hábitat. Se mantiene más tiempo al fuego porque como están en su estado natural y poseen menor superficie de contacto con el medio, es más difícil extraerle las sustancias que aportan el olor y el sabor, por eso es necesario aumentarle el tiempo de cocción.